“La presencia del Estado en el cine es muy importante y eso existe en Paraguay desde la creación del INAP”

Publicado el: 02/02/2023 8:59

Tras recibir oficialmente el premio Borau-RAE por el guión de la película “Las Herederas”, que otorga la Real Academia Española (RAE), conversamos con el realizador paraguayo Marcelo Martinessi, quien reflexionó sobre dicho reconocimiento y el momento que vive el cine paraguayo desde la promulgación de la Ley de Fomento al Audiovisual y la creación del Instituto Nacional del Audiovisual Paraguayo. Cabe señalar que el premio recibido por el cineasta paraguayo reconoce a los mejores guiones cinematográficos en español.

 

¿Qué significa, en lo personal, obtener un premio de esta magnitud?

Las herederas ha sido una experiencia de aprendizaje para muchos de los que estuvimos involucrados. En mi caso, al ser un primer largometraje, procuré que cada etapa del proceso tenga el tiempo necesario para el rigor y también para el disfrute: la escritura, el casting, los ensayos, la preproducción, el rodaje, la edición. Estábamos ante el desafío de lograr que esa historia pequeña, de una familia paraguaya formada por dos mujeres - atravesando por una crisis - pueda convertirse en un relato acerca del país, y también acerca de nosotros mismos. Entonces - yendo puntualmente a la pregunta - cada reconocimiento, aparte de abrir puertas, es también un gesto que valora esa forma de trabajar, ese proceso privilegiado que hoy el cine más industrial ha perdido por completo. El Premio Borau-RAE es bianual, lo anunciaron en el 2020 pero debido a la crisis sanitaria, el acto oficial de entrega sólo pudo hacerse en diciembre pasado. Y tras casi 5 años del estreno, es un aire fresco y nuevo, una oportunidad de que se vea el talento de actrices y actores, de técnicos y de todo el equipo en un espacio distinto, más académico.

 

¿Qué valor le añade este tipo de reconocimiento internacional al cine y audiovisual paraguayo?

La imagen de nuestro país en la prensa internacional es - la mayor de las veces - negativa, por situaciones de corrupción, narcotráfico, trata, contrabando y otros. Siento que en los últimos años, la música, el cine y el arte en general han sido capaces de mostrar que aquí se pueden hacer proyectos muy interesantes, entendiendo y valorando nuestra condición de marginalidad, incluso dentro de la movida cultural de la región. En el caso del cine, la coproducción es un camino necesario cuando se apunta a películas cuya realización precisa inversiones grandes. El hecho de que nuestro cine tenga presencia en festivales del mundo, que se estrene en salas de otras capitales o que se destaque en medios internacionales, crea una mayor confianza para que hoy, nuestros futuros partners de coproducción: profesionales, televisoras, fondos e institutos de cine tengan la certeza de que “en Paraguay sí se puede filmar”.

 

¿Podría ampliarnos la reflexión manifestada en su discurso, respecto a la importancia de la Ley de Fomento al Audiovisual, la Creación del Instituto Nacional del Audiovisual Paraguayo y el primer e histórico llamado para acceder a los fondos concursales del Instituto Nacional del Audiovisual Paraguayo?

Las herederas fue una de las últimas películas que se hizo sin ley, sin instituto de cine y sin fondos concursales específicamente destinados a la actividad cinematográfica. Hoy eso quedó en el pasado, porque ya tenemos un instrumento legal que es muy valioso, que va a precisar algunos ajustes con el paso del tiempo, pero es LEY. Es una excelente ‘primera herramienta’ jurídica y, más que eso, es una conquista ‘política’. Esta ley otorga al cine una primera plataforma de disputa para el diseño de un Paraguay futuro. Eso es importante y es hermoso. Tenemos un instituto de cine en el cual están puestas muchísimas expectativas y con los primeros fondos concursales se van a dar resultados concretos de todo un proceso de años de trabajo de muchas personas, gremios, institutos y autoridades. Era importante mencionar eso en Madrid, ante la RAE y medios locales, porque España ha dado acogida a miles de paraguayos en las últimas décadas. Creo que si el cine puede contribuir a que ellos conozcan un poco más nuestra cultura, nuestra música, nuestras historias, vamos a tener un relacionamiento más equitativo e interesante.

 

¿Cuál es su reflexión respecto al momento actual del cine paraguayo?

Me parece - en primer lugar - que la instalación del Instituto Nacional del Audiovisual Paraguayo nos da la posibilidad de tener una producción regular de cine, de planificar tiempos de los proyectos, de empezar - al igual que otros países - con un primer apoyo local para luego, en caso de ser necesaria, crear una estrategia internacional de financiamiento. Esto va a transformar la producción cinematográfica del Paraguay, ya no van a ser sólo aventuras quijotescas. La presencia del Estado en el cine es muy importante y eso existe en Paraguay desde la creación del INAP.

 

¿Podría dar un mensaje a los cineastas paraguayos, tanto a los que están en actividad como a los que buscan incursionar en el sector?

Estamos en un momento único de la historia. Muy recientemente la humanidad se vió obligada a aislarse, a estar quieta y a pensar. Las artes, y el cine en particular, tienen la oportunidad de dejarse atravesar por todo lo que pasó en los últimos años y permitirse romper reglas, crear caos, abrazar lo que antes era impensable. Por otro lado, siento que en nuestro caso puntual, la hegemonía del discurso folklórico tradicional, que estaba siempre muy presente cuando hablábamos de identidad, hoy está en crisis, Está amenazada porque existen múltiples identidades que nos dan nuevas fuerzas, nuevas miradas y nos ayudan a asumir que no somos un país tan homogéneo, que en nuestras diferencias, muchas veces, está también nuestro mayor potencial. Esto le hace bien incluso al discurso hegemónico, que se ve obligado a repensarse. La diversidad del relato es un componente esencial para la mayoría de las sociedades contemporáneas. Aquí en Paraguay, hoy hay una generación de guionistas, directores, actores e incluso técnicos muy capaces, con un deseo genuino de mirar hacia adentro, de contar historias personales en documental, ficción, comedia, terror o aventura. Y eso es demasiado valioso, porque hoy existen herramientas para hacerlo, herramientas que antes no existían.

Imágen: Real Academia Española (RAE).

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